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Josete: pasión por el fútbol

17 noviembre, 2018





José Antonio Suárez Alonso es jugador del equipo de primera división de la Liga de la Amistad, AFA La Laguna.

Pese a su juventud y su pasión por el fútbol, deporte el cuál adora, el camino de Josete (así es su nombre deportivo) no ha sido fácil.

El fútbol y Josete han llevado vidas paralelas. Nacido en 1996, a los ocho años comenzaba su andadura en el club de su vida, consiguiendo el título de liga en el nuevo San Andrés que arrancaba de nuevo su camino por aquel entonces.

Muchos años en el club de su pueblo, vistiendo de rojo y disfrutando de lo que más le gusta: el fútbol.

 

Pero un buen día todo daba un giro inesperado. Ultimo partido de la temporada con el equipo juvenil. Rival el Veguellina CF. Fecha señalada: Día de la Madre.

Josete se desmaya. Pierde totalmente el conocimiento. La ambulancia lo traslada rapidamente al hospital. Primer diagnostico, afortunadamente equivocado, muerte subita.

Tras las muertes de Dani Jarque (Español) y Antonio Puerta (Sevilla), tanto compañeros, como entrenadores y publico, familiares y el propio Josete, se llevan un susto de tal calibre, que como dice el protagonista de esta historia, no olvidarán nunca.

Realmente, Josete había tenido algún pequeño aviso, pero nunca tan fuerte como el de ese día.

El diagnostico correcto es un sincope vagovagal, la baja frecuencia de pulsaciones y los vasos dilatados provocan que llegue menos sangre al cerebro provocando así el desmayo.

Varios días mantuvieron ingresado al futbolista en esta primera ocasión de un episodio tan importante.

 

Su entrenador David Muñiz y su segundo, Luis Simón, tampoco olvidará fácilmente aquel día. La incógnita era total. No sabían que le podía ocurrir a Josete. Nada estaba descartado.

Al principio los médicos le prohibieron hacer deporte. Aunque Josete lo que quería era jugar. Lo pasaba mal sin poder practicar fútbol, así que decidía volver al año siguiente en su segundo año de juveniles.

Tras una operación donde se le colocaba un holter subcutaneo (detector de arritmias), que de por si dificultaba más el juego. No podía recibir golpes y resultaba incomodo para jugar. Su nivel fisico caía por su propio miedo a ir al choque.

 

Aún así el Puente Castro se fijaba en él y fichaba en su último año de juveniles por su equipo de División de Honor.

Sus compañeros tuvieron el detalle de adquirir para Josete un protector para su holder de elevado coste.

Todavía recuerda con cariño el día que se lo daban en el vestuario y no podía contener las lagrimas: “fue algo que no olvidaré nunca”, comenta el jugador.

En la final de copa de su segundo año de juveniles se vivía otro episodio parecido. Se volvía a desplomar justo al finalizar la prorroga.

No le daban soluciones, no encontraban la forma de poner freno al problema. Un mando registraba la evolución de su corazón. Tumbare en el suelo y darle sal era la forma de tratar que los mareos fueran más leves.

Eran pequeñas ayudas para que pudiera seguir haciendo vida normal. Pero le seguia ocurriendo, el propio Josete no recuerda cuantas más: “no sabría decir un número, han sido muchisimas”

Con el San Andrés varias veces, con el Ejido recuerda una ocasión. Era la primera vez le ocurría con sus compañeros y en el encuentro contra Unionistas se volvía a desplomar. Las pistas del Helmántico quedaban en silencio. En Salamanca en aquella ocasión cuando llegaba la ambulancia se negaba a irse al hospital y camino del vestuario todo el público le aplaudía por su esfuerzo para tratar de continuar.

La solución llegaba hacía bien poco, varios años después, desde aquel primer episodio de su época de juveniles. A sus 22 años, y en plena juventud, su vida tiene que ser limitada.

Sin una solución como tal, el día a día de Josete ha comenzado a ser completamente diferente a cualquier chico de su edad.

Algo que agradece enormemente es que le obliga a practicar mucho deporte, pero con ciertas pautas a llevar a cabo. Su cuerpo tiene que autorregularse. Ha de utilizar medias de compresión todos los días, no puede beber alcohol, tiene que acostarse todos los días antes de las 11 de la noche, tiene que dormir más de nueve horas diarias, y en cuanto anochece no puede usar ni teléfonos moviles ni pantallas y tiene limitado el uso del ordenador.

Todo un ejemplo de lucha por amor al fútbol. José Antonio, “Josete”, sigue disfrutando y haciéndonos disfrutar a todos de su juego.

Su pasión por el gol le colocan como actual pichichi de la primera división de la Liga de la Amistad, pero lo más importante es que su salud empieza a tomar fuerza y parece que ha llegado la solución a su problema.

 

 

Josete añade: «estoy profundamente agradecido a todos mis compañeros, entrenadores y clubs que pese a todo confiaron en mi y sufrieron conmigo, todos me aportaron muchísimo y ha significado muchísimo para mí, al San Andrés por darme la oportunidad de jugar y crecer con ellos, al Puente por dejarme ser parte de su historia jugando División de Honor», a la Bañeza por dejarme disfrutar con ellos y aprender un montón, al Ejido por darme un apoyo brutal y dejarme formar parte de su familia y al Villabalter por dejarme disfrutar del fútbol una vez más con mis amigos de siempre!!»

 

 

 

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