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El Adios de un mito

19 septiembre, 2018





Calzado cuelga las botas. Claro que en esta ocasión lo que cuelga el jugador leonés son los guantes.

El mítico guardameta leonés de 32 años deja el fútbol en activo y lo hace como hace siempre sin hacer ruido.

Después de toda una vida ligada a una portería, deja el fútbol en activo toda una institución en la Cultural y Deportiva Leonesa. Catorce temporadas a sus espaldas  en el club por el que se ha dejado la piel y por el que ha dado siempre la cara, con ascensos, descensos, penas y alegrías, aunque daba igual la situación, su rostro siempre reflejaba una sonrisa.

Siempre ligado a los más pequeños continuará ejerciendo  de entrenador de la base culturalista y también formará parte del staff técnico del Júpiter Leonés, nuevo equipo de la tercera división con el cual Diego Calzado conseguía otro nuevo ascenso en su haber.

Hombre de club de los que escasean e estos tiempos modernos del deporte rey, Calzado ha destacado siempre por su buena sintonía con la afición y con una ciudad donde su carisma es reconocido  a cada paso.

Allá por el 2016 anunciaba que abandonaba el primer equipo con lágrimas en sus ojos, pero continuaba en el club de sus amores, pese a contar con ofertas de otros equipos. Dos años más tarde, lo hace de manera definitiva.

Durante su periplo en la casa blanca ha destacado además muchas veces por su labor de portavoz del club, dando la cara siempre en las buenas y en las malas, disfrutando de los éxitos y llorando con los fracasos.

De lágrima fácil, los leoneses recordaremos sus imágenes de llanto inconsolable con el histórico ascenso a la división de plata, con el descenso, aquellas imágenes en Oviedo después de devolver a la Cultural a la categoría de bronce.

Para sus contemporáneos y para los aficionados que han crecido con él, habrá un antes y un después, aunque el reconoce que “algún día tenía que llegar y dejarlo”, pero no será lo mismo. La grada le echará de menos y sus amigos también, aunque siga ahí, aunque siga trabajando en su club, pero Diego Calzado ya no jugará este fin de semana.

Destaca su ilusión del último año, pese a compatibilizar muchas facetas distintas en el club, incluso  desplazándose varios días a la semana a Astorga para entrenar a sus porteros, su cara se transformaba en la de un juvenil cada vez que Ramón anunciaba que iba a ser titular. Su sitio es en el verde, entre los tres palos, aunque en los despachos se mueve cada vez con más soltura.

 

 

Será raro no verle jugar, pero se va sin hacer ruido, sin un mal gesto, como es él, con sus coloretes y su sonrisa, como le han inculcado sus padres y sus amigos, sin quejarse, sin alzar su voz.

Pero le seguiremos viendo a caballo entre el Área Deportiva y el Reino de León, porque Calzado es y será siempre parte de la Cultural.

Dicen que su único problema es que no sabe decir nunca que no a nada y que es demasiado buena persona, pero lo que está claro es que la ciudad le quiere y quién sabe si llegará en el futuro a ser Concejal de Deportes. Siempre bien rodeado de su familia y amigos pasear por las calles de León siempre va acompañado del estribillo “Diego Calzado LO LO LO, Diego Calzado….”

Su carisma ha conseguido ser reconocido varias veces con distintos galardones e incluso un trofeo a los porteros menos goleados lleva su nombre.

Ahora catorce años después no le veremos jugando, pero su recuerdo siempre permanecerá entre los aficionados.

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